miércoles, 10 de marzo de 2010

investigación

El modismo
El termino modismo, en su noción etimológica, proviene de la palabra Moda e ismo (práctica).
Un modismo es un hábito, un lugar común, una costumbre lingüística que, como todo hábito, tiene la función de ahorrar energía. Como el hombre es un ser de hábitos, entonces resulta que los modismos están presentes en todas las lenguas y en el habla de todas las personas.
Hay ocasiones en que un modismo se confunde con un refrán; sin embargo en muchos casos sí es posible diferenciarlos claramente a través de tres aspectos:
El refrán tiene un sentido pedagógico. Tiende a educar. Por ejemplo: A quien madruga Dios le ayuda. Este refrán nos dice que deberíamos ser madrugadores, diligentes, activos para alcanzar algunos beneficios. Zapatero, a tus zapatos. Este nos dice que las personas deben hacer aquello para lo que están preparadas.
El refrán suele tener rima. Esto se debe a que la rima refuerza el aprendizaje, la memorización y el recuerdo. Por ejemplo: Juego de manos, juego de villanos.
El refrán no suele conjugarse, mientras que el modismo sí. Por ejemplo: No veo tres en un burro; no ves tres en un burro...
Un modismo, en cambio, no educa, no tiene esa intención. Describe una situación, un rasgo de personalidad y nada más. Por ejemplo: Ser un puerco o comer más que un remordimiento. Un modismo puede ser una frase o una palabra sola.
Origen de los modismos
Los modismos tienen, en la gran mayoría de los casos, el objetivo de decir algo que sea independiente. el mismo origen que las poesías, es decir un origen retórico. En casi todo modismo debió haber inicialmente una expresión novedosa, una figura poética atractiva, la que habrá favorecido su aceptación original. Sin embargo los modismos, como las palabras sueltas, se gastan. Se pierde de vista la figura retórica. Se usa el modismo con inconciencia del sentido figurado. Se lo toma de manera natural. Se convierte en un lugar común, y mientras más uso tenga, su real carga significativa se desvanece, de modo que deja de ser expresivo, útil para describir o definir una situación particular, y debe ser sustituido por una nueva expresión más vigorosa y novedosa. Por ejemplo, el juramento Por Dios ha perdido tanto su significado, que ha sido preciso un reemplazo con formas nuevas tales como Por la Hostia, Por el Oscar.
En otras ocasiones se trata de algún término surgido ocasionalmente, sin designio concreto y de uso popular. Su utilización, a nivel literario, resulta irresponsable e inservible, sin embargo es común en todos los países y en cualquier idioma.


La dicción
La dicción es la forma de emplear las palabras para formar oraciones, ya sea de forma hablada o escrita. Se habla de buena dicción cuando el empleo de dichas palabras es correcto y acertado en el idioma al que éstas pertenecen, sin atender al contenido o significado de lo expresado por el emisor.
La palabra dicción proviene del latín diclio o dicleo, manera de hablar. Para tener una dicción excelente es necesario pronunciar correctamente, acentuar con elegancia, frasear respetando las pausas y matizar los sonidos musicales.
Una buena emisión de voz resulta sin duda, un extraordinario apoyo para la interpretación de la música.
Al hablar y sobre todo al cantar, es preciso evitar los vicios o defectos de dicción, como los ejemplos siguientes: íbanos, gratituo, tualla, Saltío, desborrar, cállensen.
La colocación de la voz consiste en producirla correctamente, tomando en cuenta tanto la respiración, colocación correcta del diafragma, posición de los labios, articulación y desde luego, la dicción.

La palabra
En gramática tradicional, una palabra es cada uno de los segmentos limitados por pausas o espacios en la cadena hablada o escrita, que puede aparecer en otras posiciones, y que está dotado de una función.
Lingüísticamente, el concepto de palabra es mucho más problemático de lo que la definición anterior sugiere. Determinar qué constituye fonéticamente o morfosintácticamente una palabra es un problema abierto, así por ejemplo junto a los morfemas ligados y las palabras léxicas existen los clíticos cuyo estatus de palabra es discutido. La rama de la lingüística que estudia la composición y estructura interna de las palabras es la morfología.
La palabra puede ser estudiada desde distintos enfoques:
Criterio fonológico: Segmento limitado por junturas, pausas o que constituyen el núcleo posible de un grupo acentual.
Criterio formal o morfológico: Mínima forma libre, caracterizada por la posibilidad de aparecer libremente en cualquier posición de la cadena hablada.
Criterio funcional: Unidad dotada de una función, aunque hay unidades mayores y menores que la palabra.
Criterio semántico: Asociación de un sentido dado y un conjunto de sonidos dado dentro de una función gramatical.


pleonasmo
Un pleonasmo es una expresión en la que aparecen uno o más términos redundantes (por ejemplo: sal fuera).
Ejemplos
Algunos ejemplos típicos de pleonasmo son:
Lo vi con mis propios ojos.
¡Métete adentro!
¡Sube arriba!
Te vuelvo a repetir.
Un ejemplo célebre de pleonasmo es la frase del torero español Rafael Guerra: Lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible.[1]
Uso del pleonasmo
En algunos casos el pleonasmo tiene valor expresivo y se utiliza como recurso estilístico, como sucede en este romance tradicional:
Allí arriba en aquel cerro
hay un lindo naranjel
que lo cría un pobre ciego,
pobre ciego que no ve.
Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones, el uso del pleonasmo es involuntario y sugiere poca habilidad lingüística.

Redundancia
Factor de la comunicación que consiste en intensificar, subrayar y repetir la información contenida en el mensaje a fin de que el factor de la comunicación ruido no provoque una pérdida fundamental de información. También tiene como significado exceso.
Ejemplos
"Sube arriba". Siempre se sube hacia arriba.
"Baja abajo". Siempre se baja para abajo.

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